Sobre Nosotros

Formamos parte de una familia con muchas generaciones de agricultores. Antes, mis abuelos y bisabuelos tenían campos de secano, y cultivaban algarrobos, almendros, olivos etc. Poco a poco fueron transformando los campos de secano a regadío y empezaron a plantar naranjos.

 

A lo largo de los años, la forma de cultivar naranjos también ha ido evolucionando.

 

Al principio se regaban los campos por inundación, es decir, se conducía el agua hasta el campo por medio de acequias y se inundaba todo el campo poco a poco. Esto se hacía cada 15 o 20 días en verano. Ahora se utiliza el riego por goteo, mucho más eficiente y ecológico. Se distribuye el agua por el campo mediante una red de tuberías y en cada naranjo hay varios goteros que van soltando agua poco a poco, gota a gota. Mediante programadores electrónicos se optimizan los tiempos de riego.

 

Al principio cuando se podaban los naranjos en invierno, las hojas y las ramas se recogían y se quemaban en el propio campo. Hoy en día, esas ramas se trituran y se esparcen por el propio campo, sirviendo de abono natural y evitando la contaminación atmosférica del humo.

 

Todo ha ido evolucionando, las máquinas portátiles son más ligeras, los tractores más potentes… todo ha evolucionado con los años menos la forma de comercializar las naranjas.

 

Desde el principio hasta ahora la inmensa mayoría de agricultores la única forma que tienen de comercializar sus productos es vendiéndolos a unas pocas grandes empresas que recogen las naranjas cuando todavía no están bien maduras y las guardan en cámaras frigoríficas para especular con ellas y sacarlas al mercado según su conveniencia económica. Después la distribuyen a supermercados y grandes superficies donde las adquiere el cliente final. Muchos actores e intermediarios que hacen que el agricultor sea el eslabón más débil de toda esta cadena.

 

Por qué no evolucionar en este aspecto también.

 

Hoy en día, el comercio electrónico es cada vez más importante y gracias a internet podemos los agricultores llegar directamente a los clientes finales, sin necesidad de intermediarios. ¿Por qué no hacerlo?

 

Además el cliente final no tiene que ser alguien desconocido. Con tantos “amigos” en las redes sociales y con las facilidades de hoy en día, el agricultor puede saber quién compra sus naranjas y el cliente no solo conocer a quien ha cultivado las naranjas que acaba de comprar, sino que además puede seguir en primera persona todo el proceso de cultivo y la evolución y crecimiento de las naranjas que más tarde, cuando estén maduras va a consumir.

 

Es una evolución más, un nuevo reto que emprendemos con muchas ganas e ilusión. Un camino en el que esperamos encontrar muchos nuevos “amigos” y enseñarles lo que somos y lo que hacemos.

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